Tres contribuciones a mi proceso de escritura.

El proceso de escritura del ser humano tiene diferentes variantes, respecto a cómo es o haya sido su formación en lenguaje. En mi opinión, los conceptos fundamentales de la escritura, el interés y la lectura fueron mi fundamento para escribir como lo hago en este momento. En todo este proceso formativo he podido observar que con unos conceptos bien definidos se puede lograr exponer organizada y coherentemente, con corrección gramatical, con calidad estilística en forma escrita de las ideas captadas en diversos tipos de textos y también, es con la lectura, que las ideas ajenas tornan sentido y transforman mis pensamientos, mis formas de actuar y hasta mis formas de sentir, debido a estos procesos he construido cierta parte de mi aprendizaje acerca del mundo al que pertenezco. Por lo tanto, en el presente texto pretendo dar cuenta de las experiencias y enseñanzas que han moldeado mi proceso de escritura y han contribuido a su evolución. Además, haré referencia al resultado final de dichas experiencias, el cual se refleja en mi metodología actual de escritura.

En un principio, cuando no conocía los conceptos acerca de cómo realizar un buen escrito, escribía de la misma forma en la que hablaba, tan sólo era una niña de 6 años, así que mi léxico, pronunciación y la coherencia de mis ideas no era la mejor. En esos momentos tampoco practicaba mucho la lectura, era un lector poco habitual y mi escritura mostraba muchas falencias, la mala ortografía se plasmaba debido a la misma razón (poca lectura). Tenía tendencias a ser muy oral y prefería hablar en lugar de escribir, por eso al enfrentarme a la realización de un escrito no dedicaba el tiempo y el interés necesario.

Con el pasar de los años, mi proceso fue mejorando, la organización de las ideas fue inculcada por las técnicas que se planteaban en el colegio, actividades de historia y lengua castellana me ayudaron a consolidar mi metodología. Empecé a entender que la comprensión de lectura me ayudaba a presentar mis reflexiones de noticias internacionales que se debían presentar en historia y que actividades de comprensión de lectura (exámenes, trabajos con la definición del léxico no entendido y actividades en libros de ortografía) con libros leídos cada mes, me permitían entender la jerarquía de las ideas, las citas y la buena ortografía

Para completar mi proceso en el colegio, debíamos ver una materia llamada mecanografía, en la que nos enseñaban ciertas normas para la redacción de cartas, dichas cartas eran realizadas con fines empresariales, como cartas de presentación, de referencia, solicitud, comercial etc. Lo cual requería una exigencia gramatical considerable, que le permitiera claridad y comprensión al lector. Sin embargo, no fueron las únicas actividades, ya que en mi último año en el colegio nos asignaron un trabajo: realizar una autobiografía que relatara mi vida hasta cumplir 50 años. Por lo tanto, en las clases de Español nos preparaban dándonos temas sobre lo que podríamos tratar en la autobiografía y como debía de ser nuestro punto de vista y el tipo de narración que se debía realizar. De esta forma pude practicar la escritura y además, sobresalí en la entrega del trabajo.

Al ingresar a la universidad pensé que la carrera que había escogido, Ingeniería Industrial, le otorgaba menos importancia a la escritura y podría estancar mi interés e iba a olvidar los conceptos para escribir, pero comprendí que aprendería mucho más.

Realicé crónicas en una electiva muy interesante llamada “Crónica y Literatura”, gracias a los parámetros planteados allí, elaboré una crónica que trataba de un hombre al cual le faltaba una pierna. Además de todos los trabajos propuestos en electivas, ciencias básicas, y otras materias, he comprendido parámetros para realizar escritos elaborados.

Con los cursos de comunicación oral y escrita asimilé de manera práctica los conceptos de escritura, lectura, lenguaje y el beneficio que aportaría a mi carrera, “no importará si en el taller de comunicación oral y escrita no se tocaren temas específicos de matemáticas, de sistemas, de organizaciones, de algoritmos [...] De todas maneras, el trabajo que se realiza, es fundamental para el desarrollo de competencias y destrezas comunicativas, que son las que han de facilitar el crecimiento personal cognitivo y comunicativo en su vida académica y social. Observen, por ejemplo que aprender a hacer un esquema de organización de las ideas es una herramienta útil para el estudio de sus diversas materias y para la producción organizada de sus escritos y exposiciones orales; que elaborar un párrafo bien construido ayuda a organizar el pensamiento; que lograr un buen resumen contribuye a economizar tiempo y esfuerzo en los “repasos” para sus exámenes […] “. Por lo tanto entendí que estudiar ciencias básicas, como las matemáticas, física y química necesitan de una muy buena comprensión de los textos, a pesar de no parecer necesitar la escritura. Me he dado cuenta que es gracias a esa capacidad que he desarrollado, que los textos matemáticos pueden tomar más sentido y ser analizados de una mejor manera, entendiendo pensamientos sistémicos de cómo trabajar con dichas áreas del conocimiento.

En este momento, utilizo como herramienta principal la lectura y trato de interiorizar los conceptos de cómo se debe llevar un escrito, mi interés también facilita la actividad y mi proceso empieza a plasmarse en mi cabeza días antes de enfrentarme a la hoja en blanco, seguidamente empiezo a digitar y organizar las ideas, reviso constantemente y utilizo a mis compañeros como mis críticos más asiduos, finalmente el texto se elabora, le doy una última leída y lo imprimo.

Finalmente, puedo señalar que es de mucha importancia en mi proceso de escritura, cada uno de los conceptos que aprendí sobre como se debe llevar un buen escrito, la lectura y el gusto que he desarrollado por ésta. La formación que adquirí durante el bachillerato me aportó las bases necesarias para realizar buenos escritos, sin embargo, la universidad pulió esas habilidades, aunque sin duda tengo mucho que aprender y perfeccionar, conozco mis errores y no siempre he escrito como lo hago ahora, espero que en un futuro, las exigencias académicas que he obtenido y mi interés por aprender más acerca del tema influyan sobre esa potencial escritora que seré. En consecuencia a esas tres contribuciones es que ahora, mi escritura ha mejorado y llevo una guía que me permite enfrentarme a los textos.

Bibliografía

Oviedo, Tito Nelson, Mensaje a los estudiantes del taller de comunicación oral y escrita, Universidad Icesi, Cali, 2006, pp 2.